Hoy es el último viernes de julio, y este el último boletín antes de unas cuantas semanas de descanso veraniego. Por ello, espero que me permitas una entrada un tanto distinta de las anteriores, y algo más extensa.

Después de 24 semanas compartiendo música, he decidido cerrar esta temporada con algunas reflexiones sobre la propia newsletter: qué estoy descubriendo y compartiendo, y en qué medida se ajusta a su propósito inicial, explorar música reciente y lo más variada posible en cuanto a estilos y lugares de origen.
Así pues, veamos algunos números…
¿Qué estamos haciendo aquí?
En estas 24 entradas he compartido música de 26 músicos y grupos, sin contar referencias pretéritas1. En la lista de reproducción que he ido recopilando en YouTube puedes escuchar algo más de 100 temas.
Antes de explorar los detalles de este repertorio, eso sí, no dejemos de escuchar algo de música…
¿All the Things You Are?
Los más viejos del lugar recordarán que este fue mi nick durante algunos años. No solo en homenaje al espléndido estándar de Jerome Kern, que también, sino por la belleza de su título — título que se ajusta bastante al espíritu de esta publicación.
Aquí una versión en directo de Shai Maestro y Chris Potter:
¿Música reciente?
La primera mitad del propósito de All the Things You Are fue explorar y descubrir música de creación reciente. ¿Cuál ha sido el resultado en este sentido?
En el primer gráfico se puede ver la música compartida según su fecha de publicación, por trimestres. (Casi) todos los ejemplos son de los últimos dos años, y de estos la mayoría del último año. Solo hay dos excepciones (bastante más antiguas), compartidas en Beirut, Ciudad del Cabo, Palestina. Apurando plazos, de hecho, la semana pasada compartía un disco estrenado este mismo julio en curso.
Otro aspecto a explorar, más allá de la publicación del disco en cuestión, es desde cuándo conozco a cada músico o grupo de los que he escrito. Esto es, ¿estoy compartiendo lanzamientos recientes de músicos que conozco desde hace años? ¿O son, genuinamente, descubrimientos cercanos en el tiempo?
De nuevo, el resultado se concentra abrumadoramente en los últimos dos años2. Apenas se alejan, y mucho, Vetusta Morla y Brad Mehldau; y, en menor medida, Jacob Collier. Realmente, he descubierto una cantidad notable de música en los últimos dos años.
Finalmente, he querido observar también cuán longeva es la actividad musical de sus protagonistas. ¿Son músicos jóvenes con carreras recientes? ¿O el último disco de gente con una larga trayectoria? Para ello, muestro a continuación el año de la primera grabación en solitario de cada uno de ellos.
En este caso, el resultado es más homogéneo, con carreras que comienzan ya en los 90, como Anoushka Shankar o el ya mencionado Brad Mehldau; hasta otras mucho más recientes, como las de Jasmine Myra o DOMi & JD BECK.
En resumen: objetivo conseguido. Estoy descubriendo música nueva, principalmente de músicos y grupos desconocidos para mí hace no demasiado; y esto incluye una buena proporción de carreras musicales jóvenes.
Por decirlo de otro modo: seguramente (tengas la edad que tengas) la mejor música de la historia sea la de tu adolescencia — y sin embargo, es posible que merezca la pena luchar contra esta ley universal:
¿Música diversa?
Paso ahora a la otra mitad de mi propósito: que esta música fuera lo más diversa posible, lo que exploraremos en tres sentidos distintos.
En primer lugar, aunque no era parte explícita de mis planes, siempre ha estado vagamente en el fondo de mi cabeza cierto equilibrio de género.
Y el resultado, en este sentido, es bastante simétrico: he compartido música creada por mujeres y hombres de forma prácticamente equitativa3.
El siguiente punto a considerar es su origen: ¿de dónde son todos estos músicos? ¿Cómo de variada geográficamente es la música aquí compartida?4
El resultado me parece razonablemente diverso, con ejemplos de Japón a Sudáfrica y de Brasil a Polonia. Desde luego, hay mucho margen de exploración, mucho mapa en gris: el mundo es enorme, y llevamos apenas dos docenas de propuestas. Por otro lado, es evidente la sobrerrepresentación de EEUU y, sobre todo, Reino Unido.
Por último, lo más difícil de considerar: la variedad estilística. Dada mi insistencia en que mucha música interesante está un tanto a caballo entre distintos estilos, cuando no es decididamente inclasificable, esto se antoja problemático.
Planteo dos enfoques. Primero, me he limitado a contar el estilo en que los clasifica Qobuz (un servicio similar a Spotify, pero menos malvado). El resultado me es más o menos esperable: la cabra tira al monte…
Pero claro: ¿en qué se parecen el último disco de Matthew Halsall y el de Arooj Aftab? La única manera razonable de hilar un poco más fino es adjudicar varias etiquetas estilísticas a cada disco, por lo que he tomado las que aparecen en Bandcamp5. El resultado se puede visualizar así:
En resumen, la música que encuentro tiene un sesgo obvio: occidental y centrada en estilos que frecuento más. Hay ejemplos que se salen de ahí, aunque hay espacio para que sean (muchos) más.
¿Quién sabe las maravillas musicales que se están cociendo en México o Malasia?
¿O en el hip hop experimental?
🤔
Habrá que averiguarlo…
Después del verano, pues, seguiremos explorando.
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Algunas reflexiones finales…
Como decía al principio, esto iba a ser un poco distinto que de costumbre, con más palabrerío infame, menos música, y muchos, muchos más gráficos6. Esto no habría sucedido, probablemente, sin mi adicción a dos newsletters estupendas,
y , que diseccionan regularmente temas de cultura popular, el primero, y específicamente musicales, el segundo, a través de datos.Si lees inglés y eres un poquito friki, los recomiendo encarecidamente.
…y algo de música de despedida
Si has llegado hasta aquí, te mereces algo de música de despedida. Varias veces citado tangencialmente, Pat Metheny publica justo hoy nuevo disco, MoonDial. Grabación a solo, nocturna, en el estilo de One Quiet Night o What’s It All About.
This is a dusk-to-sunrise record, hard-core mellow.
Buen verano a todos. Nos vemos a la vuelta.
Por ejemplo, al explorar a Chris Brain compartí un ejemplo de Nick Drake, que queda fuera de esta cuenta.
En este caso no diferencio por trimestres, dado que mi memoria habría sido muy falible en este punto.
Aclaración: aquí hay ciertas decisiones que tomar a la hora de decidir qué es un grupo o no, lo cual a su vez afecta a la gráfica. Aunque hay ejemplos de música compuesta e interpretada a solo o casi (Marina Herlop, Novelty Island), la mayor parte implica la participación de varios músicos. En este caso, he considerado solistas todos aquellos que se venden como tal, aunque tengan una banda detrás (como Elina Duni), y solo los contabilizo como grupos en caso contrario (ej: CocoRosie).
Aquí de nuevo hay decisiones que tomar. En algunos casos a un artista se le han asignado dos países, típicamente cuando son de un lugar pero realizan su carrera en otro distinto (por ejemplo, Arooj Aftab, que es Pakistaní, pero reside y trabaja en EEUU). Por otra parte, Palestina no es un estado reconocido por Datawrapper, así que Reem Kelani y Anat Cohen comparten casilla, para bien o mal.
Limitándolas a tres, pues su número es muy variable.
Por no hablar de esta absurda cantidad de notas a pie de página…