Un reino próspero, un rey sabio; un hermoso jardín eterno, malogrado por una maldición; el héroe, Areg, y su heroica misión: encontrar al Pájaro de las Mil Voces, que hará renacer el jardín.
Tigran Hamasyan busca inspiración en un relato armenio, antiguo y enorme…
…y se lo toma en serio. El proyecto incluye no solo el disco, de hora y media, publicado a finales de agosto, sino también un directo con escenario móvil y show de luces, una instalación artística, y hasta un pequeño videojuego.
Comienza la búsqueda: un oráculo indica el camino, y los hijos del rey son enviados en busca de esta especie de pájaro de fuego. El estilo es muy Hamasyan, con voces, un piano enérgico, ritmos entre intrincados e indescifrables:
En el otro extremo del espectro, me maravillan temas como este caballo ardiente: un acompañamiento saltarín, líneas caprichosas en el piano, una melodía silbada inocentemente.
El aire a veces místico de la voz de Hamasyan se alterna con sonoridades electrónicas y con secciones muy percusivas tomadas del heavy metal. Tras la traición de sus hermanos, el héroe atrapado, el ave mitológico no canta — el jardín no reverdece.
Sólo aquél que trajo al pájaro puede hacerlo cantar:
Hay algo de trascendente en esta obra. La seriedad de su tema, la envergadura del proyecto, la complejidad de la música, su coherencia temática a gran escala — todo muestra un poso de madurez que parece recoger el crecimiento musical de toda una vida. Claramente es algo a lo que ha dedicado un trabajo prolongado e intenso, y a lo que él mismo otorga un mensaje profundo:
The mystical bird of a thousand voices is a beautiful metaphor of our times: a world in search of connection and harmony, faced with ecological, psychological and spiritual crises.
(El pájaro místico de las mil voces es una bella metáfora de nuestro tiempo: un mundo en busca de conexión y armonía, enfrentado a crisis ecológicas, psicológicas y espirituales.)
Por último, no querría dejar de apuntar al contexto en el que surge esta música. Armenia arrastra un conflicto inacabable con su vecina Azerbaiyán. Hamasyan, armenio, ha subrayado la explícitamente la relevancia de esta situación, y ha denunciado, por ejemplo, la quema de manuscritos históricos armenios por parte del gobierno azerí.
Por ello, la reelaboración de esta antigua historia armenia está concebida, también, como una forma de “reconocimiento y transmisión de esta hermosa música de las antiguas tradiciones del Cáucaso”.
Me sumo a este deseo.