Una joven con dotes proféticas es exiliada por su familia a una misteriosa isla, habitada por seres que no se comunican con un lenguaje al uso, sino intercambiando conchas marinas.
Este es el psicodélico argumento de Windswept Adan.
Ichiko Aoba concibió este disco como una banda sonora a una película inexistente. El resultado es un álbum conceptual, digamos, hermoso y un punto inquietante.
Durante la mayor parte de su trayectoria, Aoba fue muy contenida en su mundo sonoro, siempre apegada a su guitarra, y poco más. El resultado es muy bello, aunque sin la riqueza de sus últimas obras.
Japonesa, formada en la guitarra clásica, Ichiko Aoba empezó a componer bastante joven, y debutó a los 20 años. Durante años hizo esta especie de folk pausado, un tanto minimalista, guitarra en mano — una cantautora sin grandilocuencias, que cita a Disney y a Ghibli como influencias.
Solo a partir de Windswept Adan, de 2020, ha incorporado una instrumentación más rica, con ayuda del compositor Taro Umebayashi, lo que quizás le otorga ya la insignia de chamber folk.
En Easter Lily, por ejemplo, se combina con la guitarra una celesta discreta, que le aporta una atmósfera particular.
El resultado de todo esto es una música sutil, rica tras su aparente simplicidad; música a media voz con una personalidad muy bien perfilada.
En este mundo un tanto gritón, se agradecen, la verdad, voces amables, serenas, delicadas; voces que no necesitan alzar la voz para compartir su mensaje.
Windswept Adan no es, desde luego, una novedad discográfica: tiene algo más de cuatro años. Con el post a medio escribir descubro, sin embargo, que hoy mismo Aoba publica disco: Luminescent Creatures, secuela del anterior.
No he tenido tiempo todavía de degustarlo, claro, pero dejo aquí un adelanto. Disfruta, pues, de esta joyita con aire de música de peli de elfos:
Hasta la semana que viene. Mientras tanto, puedes…
intriguing! perhaps my next Intro to ... will be Japanese focused :)