Hace unas semanas comentaba el primer disco de DOMi & JD BECK, que entre otras sorpresas incluye varias colaboraciones con criaturas míticas como Snoop Dog o Busta Rhymes:
Tengo un contacto relativamente reciente y extremadamente superficial con el hip hop, por lo que escribo aquí más como turista que como nativo. En cualquier caso, este tipo de acercamientos desde el lado del jazz, hasta donde sé poco frecuentes, resultan refrescantes.
Aunque, como digo, me da la impresión de que no son abundantes. Quizás han sido más habituales los contactos desde el otro lado…
Simple daddy, don’t you know that things go in cycles?
Los grandes pioneros en este ámbito fueron A Tribe Called Quest, un grupo fascinante de principios de los 90, que en tres discos definieron este particular territorio musical. Esto es del segundo de ellos, The Low End Theory:
Todo el disco tiene esta sonoridad tan característica. El jazz, claro, brota sobre todo en los samples utilizados (aquí de Art Blakey & The Jazz Messengers). Esta técnica, un tanto mágica a los no iniciados, favorece conexiones musicales inesperadas (¿qué tienen que ver Björk con Arnold Schoenberg?).
En años posteriores otros han adoptado influencias similares, como The Roots o Common, en ocasiones recurriendo a músicos en vivo más que a samples. En cualquier caso, no encuentro nada a un nivel comparable a los de A Tribe hasta…
What the fuck is really going on?
Ahora que el hip hop es un estilo respetable (e incluso triunfa en Broadway), es inevitable hablar de Kendrick Lamar. La creatividad y la energía de To Pimp a Butterfly es fascinante, y ha llegado a un público mucho más diverso que el del rapero medio, hasta el punto de recibir (con solo un disco de retraso) el Pulitzer. Atención al frenético fondo tras los frenéticos versos:
Hay algo que me intriga del rap: al escuchar música en inglés, con frecuencia no entiendo, de entrada, ni media palabra; y aun así, en un estilo tan centrado en las letras, tiene a veces la capacidad de transmitir musicalmente incluso en ausencia de estas. En este sentido, en mi limitada percepción, Kendrick se lleva la palma.
Y así, de vuelta a DOMi & JD BECK: los ejemplos que comparto son una muestra más del amplio abanico de influencias que manejan, otra cara del poliedro. Y, lo que es mejor, todas estas fuentes no se estorban, no hay disonancias: en todo momento siguen sonando a ellos mismos. Chapeau.
La semana que viene no habrá boletín, que hay que honrar la Semana Santa. Nos leemos a la siguiente.
Jamás pensé que acabaría escribiendo sobre hip hop, pero heme aquí. Como siempre, bienvenida es tu opinión y tus recomendaciones.