
En ocasiones se tiene una sensación de reconocimiento absoluto: esto lo acabo de escuchar por primera vez, pero no entiendo cómo no llevo haciéndolo toda la vida. Es lo que me ha pasado con Rob Luft — este tema abre su último disco:
Será por las texturas arpegiadas, por el ritmo asimétrico; por cierto minimalismo, con un crecimiento muy parsimonioso; será por esos cándidos interludios del violín.
Guitarrista y compositor vinculado al jazz, londinense de apenas 30 años, tiene una carrera todavía joven (su primer disco como líder es de 2017). Aunque no he ahondado mucho en ella, todavía, se vislumbra ya cierta energía y saber hacer desde un principio.
También ha colaborado con otras sorpresas que, tirando del hilo, me ha obligado a conocer. Me reservo a la exquisita Elina Duni para una entrada aparte; entre tanto, me ha gustado este tema un tanto vaporoso del más veterano John Surnam, saxofonista también británico.
Como en casi todos los ámbitos, mi dominio del jazz europeo es muy modesto. Excluyendo a los clásicos o al enorme Jean-Luc Ponty, solo muy recientemente he conocido, por ejemplo, a los suecos Jan Johansson o Esbjörn Svensson. Entre la producción más reciente, hay varios artistas de Gondwana Records que merecen, también, un capítulo aparte.
Los ejemplos no pretenden ser una muestra representativa de nada, claro: son mis encuentros accidentales explorando la selva de la producción musical reciente, o no tanto. Cada feliz descubrimiento abre unos cuantos caminos, como un árbol que se bifurca. Es imposible ser sistemático.
Vuelvo pues a Rob Luft, y me despido con este tema luminoso y positivo:
Espero que hayas disfrutado de estas corcheas — la semana que viene, algunas más. Serán bien recibidas corcheas de vuelta.